viernes, 13 de abril de 2018

Curiosidades

Parte 1 Grafología: Por tu letra te conocerán.


La grafología es la pseudociencia que describe la personalidad de un individuo y determina las características generales del carácter, la naturaleza de sus emociones y aptitudes. Dicen que cuando escribimos el ego está activo y es que, a través de los trazos y la rubrica, podemos conocer aspectos de la personalidad de su autor. Escribe y descubre como eres...


Pese a que muchos crean que no, tu letra te retrata. Los defensores de esta pseudociencia argumentan que la escritura es una expresión de la personalidad y no algo arbitrario y sin significado. Y es que, a través de la escritura, es posible identificar qué tipo de personalidad tiene su autor.

Por ello, la grafología es cada vez más empleada para descubrir si eres apto para un puesto de trabajo. A día de hoy, sus aplicaciones son complejas; abarcan desde el área empresarial hasta el terreno de la medicina. Sirve, incluso para conocer rasgos de personajes históricos y hasta está reconocida en los tribunales de justicia para uso.

La grafología trabaja sobre ocho aspectos de la escritura, represntando cada uno de ellos un rasgo del individuo:

El tamaño «auto concepto de si mismo», el orden de la página «estética y organización», la velocidad «agilidad mental y cociente intelectual», la presión «vitalidad y salud», la cohesión «comunicación y afectividad», y finalmente, la inclinación «emociones».

El Tamaño si Importa.

Algunos llenamos un folio con cuatro frases mientras que a otros les sobra espacio y necesitamos lupa en mano para poder comprender qué pone en el papel. Y es que cada persona escribimos a nuestra manera y el tamaño de nuestros garabatos también dice de nosotros.

La letra pequeña aporta información de la capacidad de síntesis y la concentración del sujeto. En cambio, la letra grande refleja la confianza del individuo en sí mismo y su visión global.


¿Te tuerces al escribir?

La dirección de la línea también delata aspectos de nuestra personalidad y estado de ánimo. Si al escribir te tuerces hacia arriba a medida que estás terminando la línea, indica que eres una persona positiva y optimista. Por el contrario, refleja desánimo y pesimismo.


La Firma.

Nuestra firma es nuestra seña de identidad y también dice mucho de nosotros.

Una rubrica simplificada refleja confianza en uno mismo, naturalidad, sencillez y serenidad. Sin embargo, una rubrica complicada es propia de una persona conspiradora, angustiosa, con fobias, que se sobrevalora y autoproteje.

La rubrica es el dibujo inconsciente de mecanismo de defensa del YO íntimo. Cuanto más lejos se sitúa el garabato del nombre, mayor barrera de distancia entre la intimidad propia y las personas de confianza. En cambio, cuanto más cercana sea la rubrica que subraya el nombre, más orgullo.

En la siguiente galería, y gracias a las aportaciones de la grafóloga Begoña Slocker, podrás  comprobar los rasgos más comunes que definen sus cualidades.


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