Las «Granjas de Muertos» son lugares en los que científicos estudian cadáveres para notar los efectos que les ocurren al transcurrir el tiempo.
Actualmente existe una tecnología capaz de hacer autopsia virtual. Este programa muestra el cuerpo de una persona dentro de un quirófano a la que el sujeto puede realizarle la autopsia sin ningún problema.
Los detectives de la antigüedad resolvían crímenes mediante la mera lógica.
El inventor de la huella dactilar como prueba forense fue el argentino Juan Vucetich, a finales del siglo XIX.
Se podría utilizar las huellas de las orejas como pruebas forenses debido a que estas también son únicas en cada tipo de persona.
La ciencia forense ha determinado que una diferencia crucial entre un asesinato y un suicidio a punte pistola, al momento del suicidio, el occiso se mantiene aferrado al arma asesina; esto debido a que, cuando se da un tiro en la cabeza, el cerebro reacciona con una contracción de músculos instantánea.
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